"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" Hebreos 12:1  
 
 

¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.

Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros. Hebreos 11:32-39

 
   
 

Ruth Bell Graham

Escrito por  su esposo El Reconocido evangelista Billy Graham

Mi esposa Ruth fue la más increíble mujer que he conocido. Doquiera me pidieran que nombrara al mejor cristiano que yo conociera, siempre respondí: "Mi esposa Ruth". Ella fue un gigante espiritual, cuyo conocimiento sin paralelo de la Biblia y compromiso con la oración fue un desafío y una inspiración a todos los que la conocieron.

Mi foto favorita la muestra sentada en nuestro porche delantero a la salida del sol, leyendo tranquilamente su Biblia y sorbiendo café — su rutina diaria por largos años. Nunca hubo una noche en que no estuviéramos juntos, estrechando nuestras manos y orando antes de dormir. Ruth también fue una madre maravillosa.  Su tarea no fue fácil puesto que yo estaba ausente de casa a menudo, pero ella condujo a nuestros niños tanto con gran amor como con sabia disciplina. Ella sintió que ese era su llamado, y sin su voluntad para soportar la principal responsabilidad de criar nuestros niños, mi trabajo simplemente no habría sido posible. Pasó horas cada semana enseñando la Biblia y orando con cada uno de ellos.

También era divertida, siempre lista para gastar una broma a alguien. ¡Nuestros niños sabían que la vida nunca era aburrida con Ruth alrededor! Estaba comprometida con su iglesia y su comunidad. Fue una devota mujer de iglesia que amó su herencia presbiteriana, la cual vino de sus padres que fueron misioneros médicos en China. Tuvo amistad con las esposas de varios presidentes y había sido recibida en ocasiones por la Reina Elizabeth II, pero cuandoquiera que ella escuchara de alguna necesidad en nuestra comunidad, siempre estaba allí para ayudar con comida, flores o en otras maneras. Muchas personas fueron a ella buscando un consejo y fue una amiga íntima para las esposas de muchos colegas.

Ruth amaba los deportes y fue muy atlética, aunque raramente realizó deportes propiamente. Años atrás, mientras arreglaba un columpio para algunos de nuestros nietos, al escalar el árbol, este se quebró y ella cayó de unos 4 metros de altura. Se fracturó varios huesos (incluyendo una vértebra), y luego nunca fue la misma, físicamente. Por años ella soportó un dolor de espalda muy severo y fue hospitalizada aquí en Asheville y en la Clinica Mayo en Rochester por ésta y otras dolencias. Ella fue una persona mansa, sonriente, y amable cuya meta primaria era vivir para Cristo y reflejar Su amor .  En sus últimos días, habló repetidamente de Cielo, y aunque probablemente yo la extrañe más de lo imaginable, me regocijo que algún día pronto seremos reunidos en presencia del Señor que ella amó y sirvió tan fielmente.

Tomado de Billygraham.org . el día 21 de junio de 2007.

 
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Charles Haddon Spurgeon

Durante el Ministerio de Charles Haddon Spurgeon , conocido como "El Príncipe de los Predicadores", sucedió un hecho que conmocionó a la opinión pública de Londres: El Pánico del Teatro de la Música (Año 1856). La congregación de New Park Street Chapel, que pastoreaba Spurgeon, venía de alquilar el fabuloso recinto del Exeter Hall, pero ante la negativa de sus dueños de continuar su arrendamiento, se procedió a contratar el Teatro de la Música como sede de las conferencias.

La multitud iba en forma masiva a escuchar a Spurgeon, lo que suscitaba toda una campaña en contra de su persona; sobre todo a nivel de la prensa escrita. Metódicamente se atacaba su figura, calificándole a veces de payaso, otras retratándole como un mico grotesco, y así sucesivamente. No obstante, algunos piensan que esto causaba más curiosidad en las personas por ir a verle.

La noche en que se inauguraban las reuniones en el Teatro de la Música; algunas personas con intereses oscuros fueron con la intención de sabotear el acto. En medio del servicio, y estando el recinto completamente lleno, se levantaron de sus asientos gritanto ¡Fuego, Fuego!

El resultado no se hizo esperar: La multitud inmediatamente se excitó de una manera terrible y se lanzó a las puertas, hollándose unos a otros, y ocasionándo la más espantosa escena de desolación y muerte. Aunque el Sr. Spurgeon desde la plataforma retuvo su presencia de ánimo y con voz estentórea suplicó a la multitud que permaneciera tranquila, sin embargo, el alboroto fue demasiado grande, y la excitación tan enorme, que le fue imposible dominar la Asamblea. Algunas personas sufrieron la muerte en el edificio, y otras muchas fueron heridas, más o menos gravemente. Spurgeon trató de seguir adelante con el servicio después que la policia hubo sacado los muertos y heridos, pero la excitación no era fácil de calmar, y por eso, con unas cuantas palabras de consejo y exhortación, francas y sinceras, terminó el servicio. Este episodio tan crudo en la vida de Spurgeon nos muestra cómo su temple fue llevado al máximo. Algunos sostienen que en esta ocasión esforzó tanto sus nervios que empezó a sufrir la terrible enfermedad que lo llevó al sepulcro treinta años después. La prensa empezó a culparlo de las muertes ocurridas. ¿Cómo reaccionariamos algunos de nosotros frente a un panorama similar? ¿No es cierto que muchos pensaríamos en "tirar la toalla"?

A pesar de esto, Spurgeon continuó con las reuniones, y poco a poco su perseverancia vio su frutos; los ataques de la prensa cesaron, la oposición a su ministerio también cesó al no encontrar nada en qué acusarle con base.

La actitud de Spurgeon, su constancia y fidelidad a Dios, la capacidad de levantarse por encima de los problemas, además de ganarle un puesto privilegiado en la historia del cristianismo, son un ejemplo para todos.

 
   
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Martín Lutero

Teólogo y reformador religioso alemán, precipitó la Reforma protestante al publicar en 1517 sus 95 Tesis denunciando las indulgencias y los excesos de la Iglesia Católica.

Formación

Martín Lutero nació en Eisleben en 1483, hijo de una familia de origen campestre y dueña de una mina.  Atendía la escuela latina en Mansfeld desde 1488, continuando sus estudios en Magdeburgo y luego en Eisenach.  En 1501, empieza sus estudios en Erfurt con la intención de hacerse abogado.

En 1505, tomó una decisión que iba a cambiar el curso de su vida de manera radical. Decidió entrar al monasterio Augustino en Erfurt. Esa decisión, junto a la búsqueda de un Dios de Gracia y la voluntad del mismo, culminó en el desarollo de la reforma de la iglesia.  Las experiencias negativas que Lutero tuvo con los medios eclesiales de gracia, no solo favorecieron la crítica respecto al lamentable estado de las prácticas en la iglesia, sino más bien obligaron a una revisión fundamental de la teología medieval.

En 1507, con 24 años, fue ordenado sacerdote y tres años más tarde viajó a Roma, la capital de la cristiandad; pero este viaje, lejos de ayudarle en su búsqueda espiritual, tuvo para él el efecto contrario al percatarse de la frivolidad y mundanalidad en la que aquella iglesia había caído.

De vuelta a su patria se doctoró en teología en 1512 comenzando a dar clases en la universidad de Wittenberg.

Las Indulgencias

En 1517 aparece en escena un monje dominico, Tetzel , predicador de las indulgencias.  Por medio de la compra de indulgencias, según la enseñanza tradicional, se libraba a las almas recluidas en el purgatorio de los tormentos del mismo.

El dinero obtenido en esta ocasión por este medio sería invertido, a partes iguales, en la erección de la basílica de San Pedro en Roma y en la compra por parte de Alberto de Hohenzollern de un obispado. Fue entonces cuando Lutero escribió y clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg sus Noventa y Cinco Tesis . Este documento fue la chispa que puso en marcha todo un proceso cuyas consecuencias iban a ser de largo alcance.

Su crítica pública contra el abuso de las cartas de indulgencias en 1517 no solo produjo la discusión deseada, sino que además causó la apertura de un tribunal de inquisicón culminando en la excomulgación de Lutero, después de la dieta imperial de Worms, en 1521.  Federico el Sabio organizó un "secuestro" para proteger la vida de Martín Lutero.  Lutero se quedaba en el castillo Wartburg como Doncel Jorge por casi un año, traduciendo el Nuevo Testamento al alemán.

El 15 de junio de 1520 León X publicó la bula de excomunión de Lutero intitulada Exsurge Domine ; cuando Lutero la recibió se dirigió al pudridero de la ciudad y, juntamente con el Derecho Canónico, la arrojó a las llamas.
La ruptura estaba consumada. Un fraile había osado levantarse él solo ante todo un sistema religioso de más de mil años de antigüedad, con el solo apoyo de la Palabra de Dios.

ese mismo año de su condenación Lutero ha escrito incansablemente algunas de sus mejores obras: A la nobleza cristiana de la nación alemana, La cautividad babilónica de la Iglesia y La libertad cristiana.

Lutero viajó a Worms bajo la protección de un salvoconducto y allí, conminado ante Carlos V , a pronunciarse sobre sus doctrinas pronunció las memorables palabras: "Si no me convencen mediante testimonios de las Escrituras o por un razonamiento evidente (puesto que no creo al papa ni a los concilios solos, porque consta que han errado frecuentemente y contradicho a sí mismos), quedo sujeto a los pasajes de las Escrituras aducidos por mí y mi conciencia está cautiva de la Palabra de Dios. No puedo ni quiero retractarme de nada, puesto que no es prudente ni recto obrar contra la conciencia."

La suerte estaba echada; Lutero se había enfrentado al poder religioso y ahora lo estaba haciendo al poder secular. Las dos grandes instituciones: Iglesia e Imperio no estaban por encima de la Palabra, sino sujetas a ella.

La ruptura mas evidente con los votos monásticos se realizó cuando se casó con la ex monja Catarina de Bora , en Junio de 1525. Ahí, se formó el núcleo principal de la casa parroquial evangélica .

"Después de la Palabra de Dios no hay un tesoro más precioso que el santo matrimonio. El mayor don de Dios sobre la tierra es una esposa piadosa, alegre, temerosa de Dios y hogareña, con la que puedes vivir en paz, a la que puedes confiar tus bienes, tu cuerpo y tu vida."

Después de la guerra de campesinos en 1525, reprobada por Lutero, el reformador promovía la formación de una Iglesia Evangélica territorial con regulaciones eclesiales.

Falleció en Eisbelen, su ciudad natal, en febrero de 1546 Por orden del príncipe elector, Lutero fue sepultado en la iglesia del castillo en Wittenberg.

Su aporte a la lengua alemana

Con su traducción de la Biblia al Alemán, Martín Lutero ganó fama permanente en relación con la unificación del idioma alemán.
Hoy en Día, unos 70 millones de fieles pertenecen a la Iglesia Luterana.

Inventar un idioma, crear una religión. Lutero fue el primero en potenciar el invento de Gutemberg .

Hasta 1534 sólo circulaban traducciones al latín de la sagrada escritura, cuya lectura y estudio estaban destinadas a sacerdotes y eruditos. La traducción de Lutero intentó poner la Biblia al alcance de la población, siguiendo su idea de que cada lector y no la iglesia es responsable de la interpretación de la Biblia.

Para conseguir su objetivo, Lutero inventó una suerte de mezcla entre las características común de los dialectos que por entonces se hablaban en Alemania y el latín y así creó el llamado "alemán puro", un idioma artificial que es la base de la actual lengua alemana.
Lutero publicó su Biblia apenas 60 años después de la invención de la imprenta y con ello se transformó en el primer libro de circulación masiva de la historia y también marcó el inicio de otra revolución: la lectura masiva. A Martín Lutero le fue concedido por la historia el honor de ser llamado el Padre de la Reforma , un movimiento que seguiría con cambios y mejoras hasta hoy en día

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Robert Morriso

El primer misionero protestante en China

Robert Morrison nació en Escocia , en 1782, en una familia muy piadosa, miembros de la Iglesia Presbiteriana. Eran muy pobres y su padre trabajaba fabricando hormas de zapato. Robert tuvo que dejar la escuela siendo muy chico para poder ayudarle, pero como le gustaba aprender, siguió estudiando en su casa.
A los quince años comprendió lo que es más importante comprender: que él era un pecador, un hombre perdido, y que para salvarse debía aceptar a Jesús como su Salvador. Él lo hizo y, después de ello, comprendió que era su deber llevar a otros la historia de ese salvador para que todo el mundo pudiera librarse de sus pecados.
Después de trabajar un tiempo en las Iglesias de Inglaterra, Morrison se enroló en la Sociedad Misionera de Londres con la idea de convertirse en un misionero a la China.  Para ese tiempo ya dominaba el latín, el griego y el hebreo.

Por ese entonces, no había ningún misionero protestante en la China, pero Morrison se propuso ir y ser el primero. Como el principal trabajo que le habían encomendado era el de traducir toda la Biblia al chino, se puso a estudiarlo, mientras se preparaba en Medicina y Astronomía.
En una biblioteca encontró un manuscrito que contenía la traducción de algunas partes dela Biblia y lo copió y lo estudió detalladamente, con la ayuda de un chino que se ofreció para ayudarle. Ese esfuerzo le fue muy útil, porque le permitió ahorrar un tiempo precioso cuando estuvo en la China.

Para llegar allí tuvo que realizar un viaje de cinco meses. El 4 de septiembre de 1807 llegó a la ciudad de Cantón, al sur del país, enfrente de otra ciudad llamada Macao, una colonia portuguesa. Allí estuvo durante un tiempo. Conoció a Mary Morton, con quien se casó en febrero de 1809.
Morrison no se dio cuenta de lo grande que eran las dificultades que tenía que vencer para llegar allí. Lo que sabía del idioma no le permitía ponerse a traducir la Biblia, pero cuando buscó a alguien que le enseñara, no pudo encontrarlo, porque existía una ley que condenaba a muerte a cualquiera que le enseñara el chino a un extranjero.

Finalmente aparecieron dos hombres que habían conocido a unos misioneros católicos y que aceptaron el trabajo, aunque llenos de temor. El miedo que tenían no era tanto a la muerte misma, sino a la forma en que los mataban, en medio de terribles torturas. Hasta tal punto estaban asustados que siempre llevaban colgado en el cuello un pomo con veneno para suicidarse si los descubrían.

Aprender el chino no es cosa fácil y por aquel entonces era mucho peor, porque no existían diccionarios ni buenos profesores.  John Wesley bromeaba diciendo que “el chino era un invento del diablo para que no se pudiera predicar el Evangelio a los chinos” . Milne, un misionero que más tarde sería el ayudante de Morrison, decía que “para aprender el chino se necesita: un cuerpo de bronce, pulmones de acero, cabeza de roble, ojos de águila, corazón de apóstol, memoria de ángel ...y la vida de Matusalém”.

Además de trabajar en la traducción de la Biblia, Morrison se ocupó de hacer una gramática y un diccionario, para que los misioneros que fueran después de él, pudieran aprender el idioma fácilmente.
El que verdaderamente lo ayudó mucho fue un chino llamado Tsae A-ko, que iba por las noches a su casa. Cerraban bien las puertas y las ventanas, para que desde afuera nadie viera lo que hacían, porque sino su vida corría peligro, y se ponía a traducir o corregir, mientras que Morrison enseñaba a su amigo chino las verdades del Evangelio.

Tardó catorce años en traducir la Biblia y dieciséis en hacer el diccionario, que era de cuatro tomos con unas cuatro mil quinientas páginas cada uno.
Tsa A-Ko comprendió finalmente que lo que el misionero le enseñaba era la Verdad y se bautizó en 1814. Tsae A-Ko fue así el primer evangélico chino.

Después de haber traducido al Biblia, el problema era publicarla, porque las penas para el que imprimiera libros cristianos eran tan severas como para el que enseñara el idioma. Afortunadamente, luego de mucho trabajo, Morrison encontró quien lo hiciera, aunque secretamente. El miedo que tenía el impresor hacía que, cuando le mandaba los paquetes con Biblias, los envolvía rotulándolos con un título falso para disimilar el “peligroso” contenido.

Pero Morrison no solo se dedicó a traducir, sino que llegó a establecer en 1818 una escuela que se llamó Colegio Anglo Chino, conocido después como Ying Wa College. Este colegio fue trasladado a Hong Kong en el año 1843 cuando este territorio pasó a se controlado por los británicos. Esta institución permanece aún en la actualidad como una escuela secundaria.

Morrison nunca tuvo buena salud y, como trabajaba mucho, era imposible que se mejore completamente.  Murió casi repentinamente, el 1º de Agosto de 1834, en Cantón, China, cuando tenía cincuenta y dos años. Durante su vida consiguió la conversión de poca gente, pero el trabajo que hizo traduciendo la Biblia y preparando el diccionario y la gramática, hizo posible la conversión de miles después de su muerte.

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Jorge Müller

Nació en 1805 en Prusia en el seno de una familia de buen pasar.

Alejado de cualquier idea de compromiso con Dios, creció lejos de éste. Aconsejado por su padre y con la idea de obtener una profesión cómoda y rentable, estudió en el Seminario de Teología. Quería ser ministro, aunque no había conocido de un encuentro personal con el Señor. Su gusto por el estudio lo llevó a destacarse. Tenía gran facilidad para aprender idiomas, por lo que llegó a manejar varias lenguas, incluyendo griego, latín y hebreo.

Cierta vez, cuando tenía cerca de veinte años, asistió a una reunión “informal” en donde algunas personas se juntaban para leer la Biblia, charlar y orar. Esta forma de encuentro le llamó poderosamente la atención, sobre todo el hecho de que los asistentes oraran de rodillas.
Ese mismo día marcó un antes y un después en la vida de Müller.
Jorge Müller, aquel que había estudiado sobre Dios sin conocerlo, había encontrado el camino de la relación personal con el Creador.

La búsqueda de Dios a través de la oración lo llevó por rumbos insospechados para él. Sus propios compañeros de Seminario comenzaron a burlarse del interés real en las cosas divinas que mostraba . Se cuenta que cuando su padre se enteró de la “conversión” de Müller, se disgustó en gran manera.

Su primer proyecto ahora era terminar el Seminario para dedicar su vida a Dios. Había planeado viajar por Europa predicando el Evangelio en las comunidades judías.

Su mentor, el profesor Dr. Tholuck, le aconsejó completar su capacitación misionera en Londres, antes de lanzarse al trabajo a pleno. Gracias a que fuera declarado físicamente incapaz, pudo evitar enrolarse en el servicio militar prusiano lo que hubiera impedido su viaje.
Una vez instalado en Londres, su vida profundizaría en la relación personal con Dios. Con la misma devoción y fuerza que ponía en el estudio de la Palabra de Dios y la Oración, exhortaba a otros a seguir por este camino.
Allí mismo, en Londres, comenzaría a concretar su llamado a promulgar el Evangelio entre los judíos, aún antes de completar su formación misionera.
En poco tiempo fue nombrado Pastor de una congregación . Su pastorado se fundamentó en dos pilares: la Palabra de Dios y la Oración.
Se casó con Mary Groves. Ellos vieron como incorrecta la costumbre de la época, en que los feligreses pagaban por presenciar el servicio. Decidieron que no sería más de esta manera, que dependerían de Dios y del amor de los hermanos.

Jorge escribió: "Esta manera de vivir, con frecuencia ha sido el medio por el cual la gracia ha vuelto a reanimar mi enfriado corazón, y me ha restablecido en el Señor después de un tiempo de reincidencia. Porque no es tolerable ni puede uno vivir en el pecado y a la vez mantener la comunión con Díos, para conseguir de los cielos todas las necesidades de esta vida presente. A menudo, una nueva respuesta a mi oración, cuando la obtuve de esta manera, me reanimó el alma, y llenó de mucho gozo".

Al cumplir el primer año de vivir sin sueldo, ellos descubrieron que habían recibido más de lo que solían ganar recibiendo el sueldo. Jorge dijo: "No he servido a un maestro cruel, y eso es lo que me da gozo de demostrar".

Luego de dos años de un exitoso pastorado en Tigmonth, el matrimonio Müller se mudaría a Bristol donde continuarían trabajando de la misma manera.
Allí estuvieron varios años y fundaron "La Institución del Conocimiento de las Escrituras", una escuela bíblica abierta para todas las edades.

El Trabajo con los niños

En 1835, a la edad de 30 años, Jorge se sintió guiado por Dios a establecer un hogar para huérfanos.

Observando tantos niños que deambulaban en las calles con hambre, tuvo en su corazón la idea de proveerles el desayuno. Así que se reunía con grupos de pequeños callejeros a las 8 de la mañana para desayunar con ellos, luego durante un tiempo les compartía las escrituras. El punto es que desprovisto de todo sostén oficial, Jorge Müller dependía de Dios en este y todos sus proyectos. Y Dios fue fiel, pues nunca le faltó comida para compartir. Al poco tiempo de iniciado el trabajo con los niños, ya alimentaba a una treintena de ellos por día.

Müller comentaría que un día, mientras leía el Salmo 81:10: “Abre tu boca, y yo la llenaré” , le vino a su mente la necesidad de abrir un orfanato. Así que de inmediato, alquiló una casa. El primer mes tenía alojado más de cincuenta niños.
Así, mes tras mes, la obra siguió creciendo, al tiempo que mayor era la dependencia de Dios.

Una vez el doctor A. T. Pierson fue huésped en su casa y cuenta que una noche el hermano Muller le llamó a orar y que su necesidad especial era que no había nada con que alimentar a los huérfanos hospedados en el orfanato.
Pierson le recordó que todo estaba cerrado, pero él insistió en que oraran. Lo hicieron, se fueron a acostar y al día siguiente tenían el alimento necesario para salir adelante.
Ellos se preguntaron cómo sucedió; la historia fue que una persona fue despertada esa noche por el Señor y motivada para que llevara alimento al orfanato para suplir las necesidades de todo un mes.

Al año y medio de inaugurado su primer orfanato, ya estaba abierto el tercero. De a un chelín o de a miles, nunca faltó pan, aunque tampoco no faltó oportunidad para que la fe de Müller no fuera probada una y otra vez.

El cólera y la viruela hicieron estragos en Europa. Esto trajo más trabajo para la obra de Müller y su esposa. A la tercer casa sucedería una cuarta, una quinta y una sexta. Los niños ya se contaban por sobre los dos mil.
Así es que muchísimos se encontraron con un hogar y con Cristo, y no faltó la oportunidad para ver la mano milagrosa de Dios

Jorge Müller, hombre sensible, y amante del pueblo judío, a la edad de 93 años, pleno de salud espiritual, fue llamado a las moradas celestiales.
Grandes testimonios se han desprendido de la vida de este hombre; por su causa miles y miles de niños fueron alimentados y otros tantos adultos llegaron a conocer a Jesús.

Jorge Müller fue padre de miles y un apasionado hombre de oración.

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John Wesley

John Wesley nació el diecisiete de junio de 1703, en Epworth, Inglaterra, el decimoquinto de diecinueve hijos de Samuel y Susana Wesley.
El padre de Wesley era predicador, y la madre de Wesley era una mujer notable en cuanto a sabiduría e inteligencia. Era una mujer de profunda piedad y crió a sus pequeños en estrecho contacto con las historias de la Biblia, contándolas ya alrededor del hogar de la habitación de los niños. También solía vestir a los niños con sus mejores ropas los días en que tenían el privilegio de aprender su alfabeto como introducción a la lectura de las Sagradas Escrituras.

El joven Wesley era apuesto y varonil, y le encantaban los juegos y en particular el baile.
En Oxford fue un líder, y durante la última parte de su estancia allí fue uno de los fundadores del "Santo Club," una organización de estudiantes serios. Su naturaleza religiosa se profundizó con el estudio y la experiencia, pero no fue hasta años después de dejar la universidad y entrar bajo la influencia de los escritos de Lutero que sintió haber entrado en las plenas riquezas del Evangelio.

Juan Wesley y Conde Nicholas Ludwig von Zinzendorf

El y su hermano Carlos fueron enviados a Georgia por la Sociedad para la Propagación del Evangelio, y allí los dos desarrollaron sus capacidades como predicadores. Durante su navegación se encontraron en compañía de varios Hermanos Moravos, miembros de la asociación recientemente renovada por la actividad del Conde Zinzendorf. Juan Wesley observó en su diario que en una gran tempestad, cuando todos los ingleses a bordo perdieron enteramente la com­postura, estos alemanes lo impresionaron con su calma y total resignación a Dios. También observó la humildad de ellos bajo tratos insultantes.

Fue al volver a Inglaterra que entró en aquellas mas profundas experiencias y que desarrolló aquellos maravillosos poderes como predicador popular, que le hicieron un líder nacional. En aquel tiempo se asoció asimismo con George Whitefield, de fama imperecedera por su maravillosa elocuencia.

Lo que llevó a cabo bordea en lo increíble. Al entrar en su año octogésimo quinto, le dio las gracias a Dios por ser casi tan vigoroso como siempre. Lo adscribía en la voluntad de Dios, al hecho dc que siempre había dormido profundamente a que se había levantado durante sesenta años a las cuatro de la mañana y que por cincuenta años predicó cada mañana a las cinco. Apenas en su vida sintió algún dolor, resquemor o ansiedad. Predicaba dos veces al día, y a menudo tres y cuatro veces. Se ha estimado que cada año viajó cuatro mil quinientas millas inglesas, la mayoría a lomo de caballos.

Los éxitos logrados por la predicación Metodista tuvieron que ser alcanzados a través de una larga serie de años, y entre las mas acerbas persecuciones. En casi todas las partes de Inglaterra se vio enfrentado al principio por el populacho que le apedreaba, y con intentos de herirle y matarle. Sólo en ocasiones hubo intervenciones de la autoridad civil. Los dos Wesleys se enfrentaron a todos estos peligros con un asombroso valor, y con una serenidad igualmente asombrosa. Lo más irritante era el amontonamiento de calumnias e insultos de parte de los escritores de aquella época. Estos libros están totalmente olvidados.

Wesley había sido, en su juventud, un eclesiástico de la iglesia alta, y siempre estuvo profundamente adherido a la Comunión Establecida. Cuando vio necesario ordenar predicadores, se hizo inevitable la separación de sus seguidores de la iglesia oficial. Pronto recibieron el nombre de "Metodistas" debido a la peculiar capacidad organizativa de su líder y a los ingeniosos métodos que aplicaba.

La comunión Wesleyana, que después de su muerte creció hasta constituir la gran Iglesia Metodista, se caracterizaba por una perfección organizativa casi militar. Toda la dirección de su denominación siempre en crecimiento descansaba sobre el mismo Wesley.
La conferencia anual, establecida en 1744, adquirió un poder de gobierno sólo a la muerte de Wesley.

Carlos Wesley hizo un servicio incalculable a la sociedad con sus himnos. Introdujeron una nueva era a la himnología de la Iglesia de Inglaterra. Juan Wesley dividió sus días entre su trabajo de dirigir a la Iglesia, su estudio (porque era un lector incansable), a viajar, y a predicar.
Wesley era incansable en sus esfuerzos por diseminar conocimientos útiles a través de su denominación.
Planificó la cultura intelectual de sus predicadores itinerantes y maestros locales, y para escuelas de instrucción para los futuros maestros de la Iglesia. El mismo preparó libros para su uso popular acerca de historia universal, historia de la Iglesia, e historia natural.
En esto Wesley fue un apóstol de la unión de la cultura intelectual con la vida cristiana. Publicó también los más madurados de sus sermones y varias obras teológicas. Todo esto, tanto por su profundidad y penetración mental, como por su pureza y precisión de estilo, excitan nuestra admiración.

Juan Wesley era persona de estatura ordinaria, pero de noble presencia. Sus rasgos eran muy apuestos, incluso en su ancianidad. Tenía una frente ancha, nariz aquilina, ojos claros y una complexión lozana. Sus modales eran corteses, y cuando estaba en compañía de gentes cristianas se mostraba relajado. Los rasgos más destacados de su carácter eran su amor persistente y laborioso por las almas de los hombres, la firmeza, y la tranquilidad de espíritu. Incluso en controversias doctrinales exhibía la mayor calma. Era amable y muy generoso.

Ya se ha mencionado su gran laboriosidad. Se calcula que en los últimos cincuenta y dos años de su vida predicó más de cuarenta mil sermones. Wesley trajo a pecadores al arrepentimiento en tres reinos y dos hemisferios. Fue obispo de una diócesis sin comparación con ninguna de la Iglesia Oriental u Occidental. ¿Qué hay en el ámbito de los esfuerzos cristianos -misiones foráneas, misiones interiores, tratados y literatura cristiana, predicación de campo, predicación itinerante, estudios bíblicos y lo que sea que no filera intentado por Juan Wesley, que no fuera abarcado por su poderosa mente mediante la ayuda de su Divino Conductor?

A él le fue concedido avivar la Iglesia de Inglaterra cuando había perdido de vista a Cristo el Redentor, llevándola a una renovada vida cristiana. Al predicar la justificación y renovación del alma por medio de la fe en Cristo, levantó a muchos de las clases más humildes de la nación inglesa desde su enorme ignorancia y malos hábitos, transformándolos en cristianos fervorosos y fieles. Sus infatigables esfuerzos se hicieron sentir no sólo en Inglaterra, sino también en América y en la Europa continental. No sólo se deben al Metodismo casi todo el celo existente en Inglaterra por la verdad y vida cristiana, sino que la actividad agitada en otras partes de la Europa Protestante podemos remontarla, indirectamente al menos, a Wesley.

Murió en 1791, después de una larga vida de incesantes labores y de desprendido servicio. Su ferviente espíritu y cordial hermandad siguen sobreviviendo

 
   

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